jueves, 4 de julio de 2013

Teoría Nietzsche

La filosofía de Nietzsche plantea una continua crítica al camino que el hombre occidental ha recorrido. No se limita a la crítica sino que pretende que se inviertan los valores occidentales, fruto de una primera transvaloración iniciada por Sócrates, considerado el gran corruptor. La crítica a la filosofía anterior se realiza de forma genealógica para detectar el origen, condiciones y circunstancias en las que se produjo esta inversión de los valores.

En primer lugar hay que destacar la crítica que hace a la metafísica tradicional, la cual ha instaurado un dualismo ontológico al distinguir entre mundo inteligible, el real captado por la razón, y mundo sensible, captado por los sentidos. Este dualismo, iniciado por Platón, pone por encima lo que el considera incorrecto y en cambio niega la realidad, que el mundo es devenir.
Para Nietzsche la filosofía tradicional está basada en el miedo y el odio al devenir, que trae la vejez, la muerte...el ser humano inventa la ficción de la metafísica para escapar de la caducidad y dar a su existencia un significado infinito. Realmente no existe un mundo verdadero y otro aparente sino el devenir constante del ser. Debemos negar, afirma Nietzsche, absolutamente toda ontología que implique un desprecio por la vida tal y como ella es, vital y cambiante. Esta crítica a la metafísica queda recogida en sus cuatro tesis.

La crítica a la metafísica estática, la cual ha producido una falsa interpretación del ser al despojarlo del cambio y el devenir, se completa con la crítica al conocimiento conceptual y al lenguaje.

Para Nietzsche las categorías o conceptos de la razón suponen el mayor obstáculo a la hora de interpretar la realidad como devenir. Ello se debe a que con los conceptos intentamos expresar y significar una multiplicidad de cosas que nunca son idénticas. Estos conceptos se fijan a través del lenguaje, el cual también está relacionado con la metafísica estática.
La estructura gramatical de una lengua establece el campo de interpretación y las posibilidades de conceptualización del mundo. De manera que la estructura gramatical “sujeto” y “predicado” se presta a la construcción conceptual ya que da por supuesto que existe un sujeto del que se afirman determinadas cualidades, aunque el sujeto sea una construcción nuestra.
Para evitar la petrificación del devenir por el lenguaje, Nietzsche defiende un uso metafórico de este. La metáfora es una verdadera perspectiva porque con ella se logra una integración de diversidades mediante el juego de las posibles interpretaciones.

Por otro lado, Nietzsche hace también una crítica a la moral tradicional, a la que considera “contra naturaleza” ya que ha invertido el modo natural de valorar del hombre, voluntad de poder enferma. Nietzsche considera que esta moral tiene sus raíces en el platonismo y se continúa gracias al cristianismo. El mundo de las Ideas platónico acabó por convertirse en el reino de los cielos. Nietzsche diferencia entre moral de señores y moral de esclavos. La moral de señores está guiada por “fuerzas activas” que surgen espontáneamente del sujeto y tienden a su crecimiento. La moral de esclavos está guiada por “fuerzas reactivas” que surgen de la debilidad, el miedo hacia la vida y la envidia respecto al fuerte. Como consecuencia surge una moral enferma que niega la vida, es voluntad de nada “nihilismo”. Este término posee doble significado, activo y pasivo. El pasivo consiste en la aceptación pesimista de la ausencia de valores y la falta de objeto de la existencia, es un signo de decadencia. El activo busca destruir todo aquello en lo que antes se creía como camino hacia la transformación de valores. Es un signo de creciente poder de espíritu. Los valores son destruidos por la voluntad de poder.

Desde la ilustración la creencia en Dios había estado en crisis. Nietzsche anuncia las consecuencias que la muerte de Dios tendrá para el ser humano. Si Dios es garantía de orden moral, político y legal, de la verdad, del conocimiento..su muerte tendrá que tener repercusiones en todos los ámbitos de la vida. La muerte de Dios no significa que ya no se crea en Dios, es que todo lo que se ha sustentado en él paulatinamente se desmoronará. Cuando las consecuencias de la muerte de Dios lleguen aparecerá el nihilismo.
El nihilismo sigue siendo expresión de la decadencia, pero en este caso es expresión de la decepción que sienten aquellos que aceptaron la moral cristiana y la ven ahora desmoronarse. En esas circunstancias, el nihilista deja de creer en cualquier cosa, dedica su vida a la crítica sistemática de cualquier verdad negando todo sentido a la vida al no existir ya morales ni verdades absolutas.

Sin embargo, eliminando los falsos valores queda abierta otra posibilidad, la de crear nuevos valores pero desde unos instintos que amen la vida. Para hacer esto será necesario un superhombre, el cual tiene como función recobrar el sentido de la vida. El superhombre es el héroe del futuro, un filósofo por venir que comprenderá la esencia de la vida y a través de él podrá manifestarse. La manera de conseguir esto es a través de la voluntad, que no es más que la expresión de los instintos que constituyen al ser humano. Este acto de voluntad es un acto de valoración, de creación de nuevos valores. Este superhombre que se rige con una moral de señores y no de esclavos asume con alegría y sin resentimiento el eterno retorno. Esto significa la perenne repetición del tiempo, el retorno de lo mismo tanto lo bueno como lo malo.

Nietzsche no se considera el superhombre sino su anunciador. Su tarea es preparar al mundo para su venida y lo hace destruyendo los valores existentes en su cultura, que no son más que fruto de la decadencia.

El superhombre que dice sí a la vida y a los valores propios de esta deberá sufrir una triple metamorfosis de su espíritu del siguiente modo:
  • Camello. Animal sumiso. Representa al que se conforma con obedecer ciegamente.
  • León. El gran nihilista, símbolo de la negación de todos los valores tradicionales.
  • Niño. Simboliza vivir libre de prejuicios, la libertad absoluta, el superhombre.


Los viejos valores racionales son sustituidos por otros vitales y sensibles.

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