Nietzsche
es un filósofo del siglo XIX. Nació en Alemania en una época que
aún carente de guerras fue convulsa y con numerosas
transformaciones.
Aparece
el gran capital, que se beneficia del despegue espectacular
industrial y técnico. Esto trae como consecuencia el colonialismo,
para ampliar mercado y conseguir materias primas.
Europa
duplica su población gracias a las mejoras higiénicas y médicas.
De modo que surge un mercado de trabajo completamente saturado, lo
que aprovechan las grandes empresas para explotar a sus empleados.
Como consecuencia surgen una serie de movimientos obreros entre los
que destaca la I Internacional Obrera, a la que le sigue la II
Internacional, fundada por los seguidores de Marx.
La
victoria de Prusia sobre Francia supone la unificación de los
estados alemanes, fundándose el II Reich. Se inicia así una época
de grandes transformaciones que la convierten, junto a Inglaterra, en
una de las dos grandes potencias mundiales.
Como
novedad nace el nacionalismo que trae consigo el antisemitismo que
motiva la persecución de judíos en Alemania y Rusia.
Desde
un punto de vista cultural, el movimiento que destaca en la primera
mitad del siglo XIX es el romanticismo, que se caracteriza por
exaltar el lado oscuro del alma, lo irracional, lo afectivo... En la
2ª mitad surgen el realismo y el positivismo. Nacen nuevas
ideologías políticas (nacionalismo, socialismo, liberalismo) que
prescinden de las doctrinas religiosas. Sin embargo la Iglesia
mantiene su poder en el terreno educativo y moral. En el terreno de
la ciencia destacan Darwin, teoría de la evolución, y Pasteur,
invención de las vacunas. Comienza la revolución
científico-técnica.
En
la pintura domina el impresionismo, que pretende pintar la realidad
tal y como es, siendo fieles a la naturaleza, al igual que la
filosofía de Nietzsche pretendía serlo con la vida.
En
la literatura tienen gran auge novelas con autores como Dickens,
Flaubert o Dostoievski, que dejan huella en Nietzsche. En la música
cabe destacar a Wagner que influyó en Nietzsche como prototipo del
espíritu libre.
Desde
el punto de vista filosófico cabe destacar que en este siglo
comienza a surgir una pluralidad de movimientos filosóficos entre
los que destaca el positivismo con Comte como principal
representante. Se trata de un empirismo radical que considera la
ciencia como único método de conocimiento.
En
la última década del siglo XIX surgen una serie de posturas entre
las que destacan:
- Marxismo. Defiende una visión materialista de la realidad y critica el sistema económico capitalista.
- Espiritualismo. Niegan la materia y la reducen a espíritus.
- Historicismo. Rechazan la visión ilustrada de la historia por su carácter globalizador y su fe en el progreso.
- Vitalismo. Toma la vida como el centro de la tarea filosófica.
- Irracionalismo. Tiene varios representantes: Shlegel, Sorel o Schopenhauer. Este último es el filósofo que más influyó a Nietzsche. Para Schopenhauer las cosas no son más que representaciones de una voluntad infinita y ciega. Para él la voluntad es siempre deseo insatisfecho.
Nietzsche
rechazó este pesimismo pero su concepto de voluntad de poder procede
sin duda de la voluntad de Schopenhauer. Comparte con Marx la crítica
al racionalismo vital y la visión materialista de la realidad pero
rechaza todo lo relacionado con la lucha obrera pues considera que
solo los mediocres quieren ser iguales. Nietzsche, Marx y Freud son
lo que Paul Ricoeur denominó “maestros de la sospecha” pues son
los tres grandes cuestinadores de los cimientos de la tradición
occidental.
A
pesar de todas las influencias, su filosofía es la más radical e
independiente del siglo XIX. Su filosofía está basada, en gran
medida, en criticar toda la filosofía europea pues consideraba que
habían tomado el camino errado. Un claro ejemplo es su obra “El
crepúsculo de los ídolos”, obra que comentamos. Fue escrita en
muy poco tiempo y se trata de un texto muy condensado debido a que
Nietzsche sufría dolores de cabeza que le obligaban a permanecer
días inactivo y sólo poder escribir durante breves periodos de
tiempo. Esta obra fue la última que escribió antes de caer en la
demencia.
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